Me estoy construyendo una casa

• Quisiste avanzar y al tiempo que pedías permiso de obras al Ayuntamiento ya contrataste a los profesionales, pero inesperadamente  te plantean problemas para la obtención de los permisos.
• El constructor principal se había comprometido a empezar en determinada fecha, han pasado varios meses y te va dando largas.
• No te parece que los materiales sean los previstos. Miras el contrato y tal vez no refleja bien lo que se había hablado.
• El vecino reclama por la ubicación  de la valla que has puesto para delimitar las parcelas.
• El constructor ha dejado la obra a la mitad porque ha tenido que presentar un concurso. Ya le habías avanzado algunas cantidades, y encima cuando pides presupuesto para acabar la obra te piden mucho más que lo inicialmente previsto.
• Al plantearte la financiación el Banco te exigió unos términos que ahora no puedes cumplir. Piensas que tal vez no te explicaron bien las alternativas.
• Ha habido un accidente en la obra y ahora te enteras de que tu eres el promotor y habría sido una buena idea contratar un seguro de responsabilidad civil.
• ¿Contrataste el seguro de responsabilidad decenal?
• Conseguiste acabar la casa y ya en el primer año surgen anomalías y defectos. Te planteas si los puedes reclamar y a quién.

Esperamos que no te haya ocurrido todo. Pero algo de esto y muchas otras cosas pueden ocurrir en un proceso constructivo, que es complejo y al que acudimos normalmente con pocos conocimientos y nula experiencia.

No serán pocas las preguntas que te hagas. La complejidad legal requiere que te asesores. Una buena gestión te ahorrará dinero y te facilitará encontrar las mejores opciones para ti.

Para que veas que siempre se podrá enderezar la situación, sirva de ejemplo éste pronunciamiento de nuestros Tribunales: El contratista, como profesional que es en el ramo para el que ha sido contratado, debe indicar las consecuencias perjudiciales que se pueden seguir de determinadas órdenes y direcciones en la ejecución de la obra, salvando su responsabilidad, siempre que por su profesión pueda conocerlas, no requiriéndose para ello otros conocimientos. Lo que no puede escudarse es en la simple y socorrida excusa de que hace lo que le mandan.

Encontraremos el mejor camino. Recorrámoslo juntos.